
Aquella vez, y todas las anteriores, tenía la inquietud entre las manos, arrugada en un tono grisaseo, perfumado con sabios y estupefacto a mundo.
Nunca me he preguntado más allá de la muerte, nunca he sabido qué es lo que creo, porque ciertamente siempre juego a través del espejo ya no sabiendo en qué dimensión estoy.
La verdad duele, la mentira duele, todo atormenta a la mente de una desequilibrada, porque ella quizás noes lo suficientemente humana como para sobrevivir... ¿Los suicidas no entran al cielo?
¿Será tan importante no entrar al cielo?¿Existe un infierno más horrible que la realidad? Y es que por allí escuché que en el cielo se vive en paz porque no hay amor.. y si yo respiro de eso, ¿tendré oportunidad de abrir los ojos a esa experiencia?, y si pudiera, ¿sería yo realmente?
Claro que no.
Qué me queda, qué me ancla.. no lo sé.
He aclarado durante estos 17 años que se me han dado de repente y abruptamente que sólo diré no cuando sienta vergüenza, humillación, desprecio o mentira evidente que realmente no soy capaz de soportar o estoy preconcientizada para no aceptar.
Quiero dormir profundamente, pero mi madre me despierta para que comience el día. Me despierta siempre, me quiere ver despierta hasta que sus párpados no puedan más.
El mundo gira demasiado rápido...
Sociabilidad, es difícil, suficiente para mí...
Empecemos de nuevo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario