
Inquietud
Me devoran las palpitaciones de un canto anunciado
Escucho sin revelar el secreto preciado
Sin precipitar la sentencia de mi alma
Me muevo entre luces y sombras discontinuas
entre la lucidez de un día nublado
y el trasnoche de un cuarto alarmado
Ojos que miran, se esconden y reaparecen
como si aquella mariposa solitaria azul
hubiese revivido de pronto la existencia de sus ancestros
Y nuevamente atravesamos el abismo
ante el desconcierto de este nuevo hallazgo
Saltamos al precipio
en busca de auqellos instintos amuñados
en busca de las partes omitidas
aquellas que no permitían la sobrevivencia
en paisajes resecos
Se sumergen los peces nuevamente
y buscan las corrientes emergidas ante aquellos pasos
Y son como pies que tocan el suelo con suavidad y seguridad
Y trastornan la vegetación convirtiéndola en explosiones bravas de libélulas
Y cerca de la orilla del mar crecen precavidamente los lirios
preguntándose a qué hora saldrá a flote la sirena para llenar sus bronquios de aire
Y en un canto
inspirado por pinturas encaminadas a sábanas con olor a viejo, amor, día a día e hijos,
se abre paso a través de las aguas en busca de aquel santuario
y posa sus ojos serenos y mojados
en aquel dragón
y solloza de alegría
la sirena sin orejas que,
al oír el fuego expulsado de sus venas y la brisa fresca de aquellas alas míticas,
reconoce el tan esperado llamado ancestral
Y se despoja de sus aletas imaginarias
para aprisionar sus piernas sobre el lomo de su ángel
y emprender el vuelo hacia las nubes que esconden su hogar infinito y plateado
M.A.B. & C.P.H
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