Porque entrar a enamorarse empieza a significar que se desea un poco de masoquismo.
Porque uno comienza a imaginarse que hay distancia y otras veces que no la hay...
Empieza a inventarse dolores, sufrimientos, malestares estomacales... empieza a autorevolverse la mente.
Sientes que lo tienes y a la vez de un suspiro se te puede ir, ese como vaivén terrible y semejante al que uno siente cuando recién se da cuenta que se ha salido de la placenta y estás pisando mundo.
Y es que se siente todo esto porque, cuando decidiste enamorarte, uno compró pasajes para volar en una maquinita que uno no sabe cómo volarla.. y tan solo va cuesta arriba y uno va apretando los botones de por aquí y por allá arriesgando apretar el equivocado, aumentando las posibilidades de caer en picada... Y así estoy, me hice la fuerte y ahora estoy con el alma hecha un hilo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario