miércoles, 28 de septiembre de 2011

Dónde estás, Miguel, que no te encuentro.
De día merodeaste con tus brazos y nos contamos algunas historias sobre lo cotidiano.
Dónde estás, Miguel, con tu sonrisa pequeña. Te amaba tanto, te amaba tanto y lo malo es que te sigo amando.
Qué hay en mí que no me deja ser clara. Dudas para todo. Dudar, dudar.
A veces quisiera tan sólo estar con Miguel conversando, yo en el colegio, en el trabajo. El chat de lunes a viernes y nos quedábamos hasta la madrugada. Todo el tiempo para mí y eso fue lo que aprendí. Que todo de tí era para mí...
Aprendí eso y luego había que aprender algo de grandes. ¿Qué sucede?
De pronto peliamos frente a tus amigos,los dos ebrios. A la mañana siguiente me disculpo.
De pronto, al día siguiente, salimos con mis amigos y me hieres. Te disculpas y yo lo acepto a medias.
En muchas ocasiones pensé que los mensajes son actos. Mi madre me dijo que no: sólo son mensajes. ¿No me extrañaba, no me encontraba hermosa, no quería compartir su vida conmigo, entonces?
Y luego, la vida cambió, giró. El vicio y lo que piensan los demás es más grande que lo que se vive entre dos. Qué pasa que yo amo y esto se acaba. Qué pasa que de pronto no hay más que vacío y fuego quemando todo dentro de mí. Estoy que reviento, estoy que reviento. No entiendo por qué la bohemia es más fuerte en los hombres. Él, el colorín flaquito, él sabe que se cura pronto.. por qué no previene?, por qué es más fuerte su sed que cumplir alguna vez las promesas que me hizo. Por qué tengo que privar mis emociones y él no puede privar su sed. Qué sucede! Lo amo y ya no hay vuelta atrás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Han pasado muchos segundos desde que te perdí, hoy te busco y te admiro aún mas, te quiero mucho Catalina :) y te reconquistare... espero que el universo se ponga a nuestro favor y logremos ser una pareja feliz.