Son ganas de andar en desequilibrio por el desborde
Puedo estar casi completa hoy, pero tengo miedo. Los recuerdos me quitan espacio para otros nuevos recuerdos, pareciera que todo estuviera sucediendo de nuevo. Tengo rabia contenida, tengo una huella de lo que fué mi padre cuando frustró mi cerebro, cuando detuvo mi vida y mi desconsolado destino. He vuelto al hogar y olvidé que dejé todo irresuelto. Temo seguir adelante en algo que puedo dejar descubierto, donde la lluvia se abrirá paso para no dejar pistas en la tierra enlodada. Quisiera poder dejar todo atrás, quisiera poder sentir que puedo seguir, que no hay nada que reparar... y tengo miedo. Miedo de no sentir, miedo de no poder disfrutar, de tener adormecida la lengua. tengo miedo de tapar de blanco letras negras de llanto.
No sé si soy capaz de perdonar. El perdón no sé si queda para los viejos o si es una forma de sanar. No quiero perdonar.
La tristeza se niega a abandonarme, la ambivalencia me lleva y me aprieta el pecho. Todo es ira, todo es pena, el mismo cuento de siempre. El mismo cuento de siempre. El mismo cuento de siempre. Estoy agotada.
Quién me crió, a quién criaré. No quiero que sigan creciendo más bestias.
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